Te busco y no te encuentro, grito para oír el eco de tu voz, pero sé que tus ojos chiquitos no mirarán por mí.
Aunque estés lejos te necesito amar. Quiero mesar tus cabellos de oro, acariciar tu piel suave como el terciopelo, extender mis brazos por tu cuerpo, mirarte a los ojos y decirte que te amo vida mía. Yo sin ti no soy más que un barco a la deriva navegando sin rumbo, tras la estela del amor que me socorra el alma y alivie mi afligido corazón de la soledad. Sólo por ti plegaría mis velas hasta dejarme morir.
Te quiero con locura, te quiero con pasión, es por eso que no entiendo tu falta de comprensión. Eres faro de mi ser, sólo tu luz me ilumina, donde quiera que tú vayas me tendrás junto a ti, no me importan las distancias, ni el camino a recorrer, donde quiera que tu estés siempre a tu lado estaré. Eres flor de pensamiento más que pura realidad, que si puedo yo encontrar no dejaré marchitar.
A veces me parece verte y creo poder alcanzarte pero cuando te voy a abrazar tu imagen desaparece nuevamente.
No te separes de mí, cultivar nuestro amor quiero, este es mi ardiente deseo y si esto me faltara yo me quisiera morir, pues almas gemelas somos y ambos iremos al cielo donde podremos fundir, como uno solo, nuestros corazones para toda la eternidad. Hallaremos la felicidad, en el paraíso estaremos de la corte celestial que envidiará tu belleza y a tus pies se postrará. Las estrellas, el sol y la luna hacia ti se orientarán, contemplando tu hermosura y tu lindo caminar que no podrán igualar. Eres diosa del amor en el cielo y en el mar, cómo no ibas a serlo en el mundo terrenal.
Si en una fatalidad fenecieras yo me he de suicidar, pues sin ti no soy nada, ni sabría respirar.
Cuando el amor es sincero no existen los imposibles, no rechaces más mis besos ni repudies mis caricias, si no quisieras amarme qué sentido tendría ya pervivir en este mundo tan hipócrita y vulgar. Sin una ilusión, un deseo, por utópico que sea, que pueda hacerse algún día una bella realidad.
Quiéreme como te amo, si cautiva tu estuvieras, lucharía por librarte de todos los opresores que quisieran apresarte.
Si en estanque convirtieras tu figura de mujer yo quisiera ser nenúfar para crecer junto a ti, si playa fueras, yo mar para empaparte con mi amor, pero no me desprecies jamás, no hagas de la pasión que siento un eterno tormento, un continuo sufrir.
Portadores del amor, aunque sea entre tinieblas caminando sin cesar te he de encontrar al final, pues almas gemelas somos fundidas como una sola. Mi llama del amor siempre permanecerá encendida, nada ni nadie podrá sofocar el fuego de la pasión que siento por ti. Donde quiera que vayan tus huellas yo seguiré, por tierra, por mar o por aire, me da igual, te hallaré.
LUIS FERNANDO RAMOS MARTÍN
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