GRACIAS POR TU VISITA

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martes, 17 de noviembre de 2015

EL ESPÍRITU DE NAVIDAD




El Espíritu de Navidad


Descripción del producto

Desde hace ya varias décadas, en todo el planeta, ha venido tomando cuerpo una influencia europea, específicamente, nórdica, con motivo de la llegada de El Espíritu de Navidad. 
Esto no existía antes, cuando únicamente se celebraba el Nacimiento de Jesús, y todos se preparaban desde comienzos del mes de Diciembre, sólo para esta celebración y la de fin de año.
Así pues, esta influencia ha hecho que también se celebre el di 21 de diciembre, la llegada de El Espíritu de la Navidad, con cenas, fiestas y peticiones a nuestro personaje. Bello y hermoso legado para los que son creyentes, y están poseídos de inmensa fe.
Por eso hemos resumido en estas páginas lo que es la Navidad, lo que es El Espíritu de Navidad, su celebración y peticiones, y cómo hacerlas, esperando que sean del agrado de todas las personas que nos honran con su lectura.

VIVIR EMPEZANDO, ES LA FORMA DE LLEGAR. LO DEMÁS

VIVIR EMPEZANDO, ES LA FORMA DE LLEGAR. LO DEMÁS... ¡OLVIDALO!
Las resacas que dejaron las tormentas de este año… 
Los pasos tambaleantes, los pasos retrasados, los pasos hacia atrás…
Las veces que pasaste ignorado, inadvertido, lastimado…
Los sueños consumidos, las ilusiones hechas cenizas, los intentos hechos polvo y el amor hecho recuerdo…
Las veces que latió tu corazón y nadie se dio cuenta,
que quisiste hacer y no te dejaron, que abriste los ojos y te cerraron los párpados…
Las estrellas apagadas, los días opacos, el tiempo en blanco, la luna dividida y las horas lentas…
El manto de insignificancia, de masa, de anonimato… de rutina…
Las espinas largas y hondas, los secretos angustiosos y tristes, las piedras altas e insalvables…
Las semillas que se te quedaron dormidas, los vuelos que se te quedaron a ras de tierra,
las rosas que se secaron antes de tiempo…
La cáscara de la semilla, el lucimiento de la vanidad, la máscara del hombre y el ropaje de la verdad… ¡Olvídalo!
Párate en la proa de tu barco, levanta de nuevo las velas, mira hacia lo largo y lo ancho del mar …
… cuando te convenzas de su inmensidad encontrarás otro camino y,
cuando mires al cielo parecerás gaviota que apartándose de todo encuentra el camino.

NO PUEDO MÁS



NO PUEDO MÁS…
Esta es la frase en la que nos escudamos, no pocas veces para justificar nuestra falta de voluntad, nuestra falta de generosidad.
Los psicólogos nos dicen, que son pocas las personas que desarrollan toda la actividad de la que serían capaces.
¿Eres tú de esos pocos?
¿O eres acaso del montón?
Debes convencerte de que, si te lo propones, puedes hacer más de lo que haces.
Si quieres, pero si quieres de veras, sabrás descubrir en ti, resortes de insospechada potencialidad y que harán que te abras a la gente.
Lo que pasa es que la comodidad, la pereza espiritual, para vencerse, dominarse, para molestarse por los demás, anulan en ti esos recursos y resortes.
Por eso te sientes cansado, decepcionado, desilusionado, amargado, y has llegado a convencerte de que no puedes hacer nada más, de que ya haces todo,
lo que te corresponde.
Te está faltando un poco de voluntad; no digas que te faltan fuerzas, tiempo, oportunidades, entusiasmo, compañía y tantas otras cosas, con las que te estás engañando y por consecuencia, anulando, esterilizando, haciendo inútil… y eso, el sentirte inútil, es lo que impide que tu vida sea feliz y optimista.
Hay hombres que hacen muchísimo más que tú; no me digas que es porque ellos “pueden” más que tú.
La verdad es que ellos “quieren” más que tú, y por eso “pueden” más que tú.
Aquí es donde se aplica aquello de que “querer es poder”.
Esta no será una afirmación irrefutable, pero es real en mil ocasiones, y si no lo crees, haz la prueba y verás.

EL VASO DE AGUA



EL VASO DE AGUA
Un conferenciante hablaba sobre el manejo de la tensión. 
Levantó un vaso con agua y preguntó al auditorio:
- ¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso con agua?
Las respuestas variaron entre veinte y quinientos gramos.
Entonces el conferencista comentó: 
- No importa el peso absoluto. Depende de cuánto tiempo voy a sostenerlo. 

Si lo sostengo por un minuto, no pesa nada. Si lo sostengo durante una hora, 
tendré un dolor en mi brazo. 
Si lo sostengo durante un día completo, tendrán que llamar una ambulancia. 
Y es exactamente el mismo peso, pero cuanto más tiempo paso sosteniéndolo, 
más pesado se va volviendo.
Y concluyó:
- Si cargamos nuestros pesos todo el tiempo, más pronto o más tarde, 

ya no seremos capaces de continuar, la carga se irá volviendo cada vez más pesada. 
Lo que tienes que hacer es dejar el vaso en algún lugar y descansar un poco antes de sostenerlo nuevamente. 
Tienes que dejar la carga de lado periódicamente, ¡De la forma que sea! 
Es reconfortante y te vuelve capaz de continuar. 
Entonces, antes de que vuelvas esta noche a tu casa, deja afuera el peso, 
en un rincón. No lo Cargues hasta tu casa. Mañana podrás recogerlo otra vez, al salir.

LA ENFERMERA


LA ENFERMERA
Un caluroso día de verano, un joven matrimonio y su pequeña hija de cuatro años, Susana, iban de viaje de vacaciones a las montañas por algunas semanas cuando en forma imprevista un inmenso camión que venía en sentido contrario chocó violentamente al pequeño auto en que viajaban. Los padres de la niña quedaron gravemente heridos y ella se quebró algunos huesos. Tan pronto como fué posible fueron llevados al hospital más próximo y separados en distintos centros: los padres fueron a la unidad de cuidados intensivos, y Susanita fue llevada a la unidad infantil. Como pueden imaginarse, la niña no sólo se encontraba con grandes dolores físicos, sino que además ella estaba muy asustada porque sus padres no estaban con ella para confortarla.
Gloria, la enfermera que fue asignada a Susana, era soltera y de unos cuarenta años. Ella entendió el temor y la inseguridad de la niña y procuró darle todo lo que sus padres no podían darle. Cuando Gloria terminaba su turno de trabajo, en lugar de irse a su casa se ofrecía como voluntaria para acompañar a Susana por las noches. Por supuesto que la relación especial que estaba naciendo entre la niña y su enfermera produjo un acercamiento afectivo muy grande entre las dos. Gloria le traía galletas, libros de monitos y juguetes; le cantaba canciones y le contaba un sin fin de cuentos.
Cuando Susanita pudo moverse, Gloria la colocaba en una silla de ruedas y la llevaba a visitar a sus padres todos los días. Después de varios meses de hospitalización la familia fue dada de alta. Antes de dejar el hospital los padres agradecieron a Gloria por su devoción y tierno cuidado, y la invitaron a que los visitara. Susana no quería que Gloria se quedara e insistía en que ella se fuera a vivir con ellos. Gloria tampoco quería que su Susanita se fuera sin ella, pero su vida estaba en el hospital para niños y ella no podía dejar su “hogar”. Por meses mantuvieron contacto solo vía telefónica debido a la distancia que los separaba, hasta que la familia se fue a vivir a otro país.
Después de pasar más de treinta años, Gloria ahora en sus setenta, se enfermó de pulmonía y fue hospitalizada en la unidad geriátrica del hospital cerca de su casa. Una enfermera que estaba de turno notó que Gloria recibía muy pocas visitas, así que trató de darle un cuidado especial.
Una noche cuando la enfermera estaba sentada cerca de su anciana paciente y conversaban amigablemente, le confidenció a Gloria la razón por la cual ella había estudiado enfermería. Comenzó diciendo que cuando ella tenía cuatro años, con sus padres había tenido un accidente automovilístico, y que al ser llevada al hospital conoció a una enfermera maravillosa que le había ayudado a recuperarse con tal devoción y amor. Después, continuó diciendo, había dejado el país y al crecer había decidido seguir el ejemplo de su amada y recordada enfermera, estudiando enfermería, para poder ayudar a los enfermos
Al volver a su país y contraer matrimonio, encontraron trabajo en esta ciudad. Y por eso que ella estaba en ese lugar.
Gloria no pudo seguir escuchando, y con sus ojos llenos de lágrimas se acercó a su enfermera y le dijo: “Susanita, estamos nuevamente juntas, pero esta vez tú me estás cuidando”. Susana al fijar sus ojos en Gloria de pronto pudo reconocerla. ¿Eres realmente tú?, exclamó. “Cuantas veces he pensado en ti y orado que algún día pudiéramos estar juntas de nuevo”.
Cuando Gloria se recuperó, Susana sin preguntar tomó las pertenencias de Gloria y la llevó a vivir con su familia, donde llegó a ser una muy especial abuelita.

INSTANTES PERDIDOS



INSTANTES PERDIDOS
Los instantes perdidos son irrecuperables…
La vida puede ser vivida, o transformarse en un simulacro. 
Puede ser serena, puede ser competitiva. Puede ser alegre, puede ser triste, pero siempre es irrecuperable.
Rabindranath Tagore, poeta indio, decía:
“Si de noche lloras porque se ha ido el sol, tampoco podrás ver las estrellas”.
El ser humano, eternamente insatisfecho, padece cuando no tiene nada 

y también padece cuando tiene demasiado.
No quiere conservar sus bienes para disfrutarlos, sino mantenerlos para acrecentarlos.
Si alguien es demasiado amado, se siente atosigado.
Si nadie lo ama, se siente desgraciado.
Cuando está con una persona añora otra presencia.
Cuando está en alguna parte, quisiera estar en otra.
Tantas veces el valor lo obtiene de lo que se ha perdido.
Tantas veces lo largamente anhelado aburre y desespera.
¿Hasta cuándo?
¿Hasta cuándo dejaremos escapar lo que tenemos, 

buscando lo que tampoco disfrutaremos?
¿Y hasta cuándo seguiremos pensando que es tarde, que ya no hay oportunidad?
Vivamos el momento, disfrutemos lo que tenemos y nunca, pero nunca,
olvidemos que el único tiempo que podemos perder es el que todavía no ha llegado.
El resto es pasado,
¡No sigamos perdiendo el tiempo!

A TODA PRISA



A TODA PRISA
Cierta vez, un conductor se desplazaba por una autopista a una velocidad excesivamente alta, cuando, de repente justo después de una curva aparece un hombre parado en medio de la vía, haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante.
El conductor, sorprendido y a la vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino. Pero fue inútil, 
el hombre seguía haciendo señal de pare con sus brazos.
Debe de estar loco, dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chillido 
y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el coche 
antes de chocar a aquel hombre. Muy enfadado, se desmonta del coche 
y cerrando la puerta, se dirige hacia el hombre 
y le dice: Acaso no tienes ojos? No ves lo peligrosa que es esta carretera 
y te atraviesas en ella como si nada? O acaso eres un loco para no ver el peligro que corres?
No, señor, no estoy loco, le contesto el individuo. Lo que pasa es que el puente que está en la próxima curva, por efectos de la tormenta, acaba de desplomarse; y sabía que, si no hacia algo, usted, 

en este momento, ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya.
Casi siempre, las cosas tienen un porqué!!!, y muchas veces hablamos y juzgamos antes de tiempo.

UN NUDO EN LA SÁBANA



UN NUDO EN LA SÁBANA 
En la reunión de padres de familia de una escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. 
Ella entendía que aunque la mayoría de los padres de la comunidad eran trabajadores, debían encontrar un poco de tiempo para dedicar y pasar con los niños. 
Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.
Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo y cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya estaba acostado.
Explicó además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.
Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba reemplazar esa falta dándole un beso todas las noches cuando llegaba a su casa y para que su hijo supiera que él le había ido a ver mientras dormía, hacía un nudo en la punta de la sábana.
Cuando mi hijo despierta y ve el nudo, sabe que su papá ha estado allí y lo ha besado. El nudo es el medio de comunicación entre nosotros.
La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando comprobó que el hijo de aquel hombre era uno de los mejores alumnos de la escuela.
Este hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros.
Aquél padre encontró su forma, una forma simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía a través del nudo, todo el afecto de su papá.
Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento.
Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban para aquél hijo, muchísimo más que un montón de regalos o disculpas vacías.
Es válido que nos preocupemos por las personas, pero lo más importante es que ellas sepan y puedan sentir nuestra preocupación y cariño por ellas.
Para que exista la comunicación, es necesario que las personas “escuchen” el lenguaje de nuestro corazón, ya que los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras.
Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el golpe de la rodilla o el miedo a la oscuridad.
Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben distinguir un gesto de afecto y amor, aunque ese gesto sea solamente un nudo en la sábana. Un nudo cargado de afecto, ternura y amor.
“Vive de tal manera que cuando tus hijos piensen en justicia, cariño, amor e integridad, piensen en ti”

EL PAN TOSTADO...


EL PAN TOSTADO
Después de un largo y duro día en el trabajo, mi mamá puso un plato de salchichas y pan tostado muy quemado frente a mi papá.
Recuerdo estar esperando ver si alguien lo notaba.
Sin embargo, aunque mi padre lo notó, alcanzó un pan tostado, sonrió a mi madre y me preguntó cómo me había ido en la escuela.
No recuerdo lo que le contesté, pero sí recuerdo verlo untándole mantequilla y mermelada al pan tostado y comérselo todo.
Cuando me levanté de la mesa esa noche, recuerdo haber oído a mi madre pedir disculpas a mi padre por los panes tostados muy quemados.
Nunca voy a olvidar lo que le dijo: ”Cariño no te preocupes, a veces me gustan los panes tostados bien quemados.”
Más tarde esa noche, fui a dar el beso de las buenas noches a mi padre y le pregunté si a él le gustaban los panes tostados bien quemados.
Él me abrazó y me dijo estas reflexiones:”tu mamá tuvo un día muy duro en el trabajo, está muy cansada y además – un pan tostado un poco quemado no le hace daño a nadie”.
La vida está llena de cosas imperfectas y gente imperfecta.
Aprender a aceptar los defectos y decidir celebrar cada una de las diferencias de los demás, es una de las cosas más importantes para crear una relación sana y duradera.
Un pan tostado quemado no debe romper un corazón.
La comprensión y la tolerancia es la base de cualquier buena relación.
Sé más amable de lo que tú creas necesario, porque todas las personas, en éste momento, están librando algún tipo de batalla.
Todos tenemos problemas y todos estamos aprendiendo a vivir y lo más probable es que no nos alcance la vida para aprender lo necesario.
El camino a la felicidad no es recto.
Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES, existen semáforos llamados AMIGOS, luces de precaución llamadas
FAMILIA, y todo se logra si tienes una llanta de repuesto llamada DECISIÓN, un potente motor llamado AMOR, un buen seguro llamado FE, y abundante combustible llamado PACIENCIA.

VENCEDORES Y DERROTADOS

 

VENCEDORES Y DERROTADOS...
Cuando un triunfador comete un error, dice: “Me Equivoqué“, y aprende la lección.
Cuando un perdedor comete un error, dice: “No fue culpa mía” y responsabiliza a los otros.
Un triunfador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.
Un perdedor se siente víctima durante las adversidades.
Un triunfador sabe que el resultado de las cosas depende de sí mismo.
Un perdedor cree que existe la mala suerte.
Un triunfador trabaja mucho y dedica más tiempo para sí mismo.
Un perdedor está siempre “muy ocupado” y no tiene tiempo ni siquiera para los suyos.
Un triunfador enfrenta los desafíos uno a uno.
Un perdedor rodea los desafíos y no se atreve a intentar.
Un triunfador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no se pone “manos a la obra” y cuando falla sólo se sabe justificar.
Un triunfador dice: “Soy bueno, pero puedo mejorar”.
Un perdedor dice: “No soy tan malo como otros”.
Un triunfador escucha, comprende y responde.
Un perdedor no espera que llegue su momento de hablar.
Un triunfador respeta a aquellos que saben más y se preocupa en aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste a todos los que saben más y sólo se fija en sus defectos.
Un triunfador se siente responsable por algo más que por su propio trabajo.
Un perdedor no se compromete y siempre dice: “Hago mi trabajo y ya es bastante”.
Un triunfador dice: “Debe haber una forma mejor de hacerlo. . .”.
Un perdedor dice: “Esta es la forma en que siempre lo hemos hecho. No hay otra…”.
Un triunfador consigue “ver el bosque en su totalidad”.
Un perdedor se fija sólo “en el árbol que le toca plantar”.
Un triunfador es PARTE DE LA SOLUCIÓN.
Un perdedor es PARTE DEL PROBLEMA.
Un triunfador comparte este mensaje con los amigos…
Un perdedor es egoísta y guarda el mensaje sólo para sí…

EL ARTE DE NO ENFERMARSE

EL ARTE DE NO ENFERMARSE
Si no se quiere enfermar…
…Hable de Sus Sentimientos.
Emociones y sentimientos que son escondidos, reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros “secretos”, nuestros errores!… El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia!
• …Tome Decisiones.
La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana es hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.
• …Busque Soluciones.
Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.
• …No Viva de Apariencias.
Quien esconde la realidad finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etc., está acumulando toneladas de peso… Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.
• …Acéptese.
El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.
• …Confie.
Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fe en sí, en los otros y en Dios.
• …No Viva Siempre Triste.
El bueno humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es salud y terapia

LA ANCIANA



LA ANCIANA
La anciana campesina caminaba lentamente, cargando con dificultad un atado de leña para alimentar una hoguera en la que cocinaba. Su rancho era un pedazo de techo caído sobre una pared, formando un espacio triangular dentro de éste.
Un joven juez que en su tiempo libre paseaba por el campo, se encontró con ella y conmovido por la edad y las condiciones en las que vivía la humilde mujer, decidió buscar la manera de ayudarla.
La señora hablaba en forma alegre y determinada, le contó al juez que comía de lo que crecía en la granja, que tenía algunas gallinas y una vaca que le producían lo indispensable. No había tonos de queja ni de carencia en la conversación de la anciana, todo lo contrario, sus palabras estaban plenas de gratitud y esperanza. Después de haber conversado un buen rato, el juez le preguntó a la campesina:
-Disculpe señora, ¿hay alguna forma en la que la pueda ayudar? ¿Tal vez ropa, o medicinas? Si en algo puedo colaborarle solo dígame y con gusto haré lo que pueda.
La anciana guardó silencio por un momento, y finalmente respondió:
-Muchas gracias, en realidad no necesito nada para mí, pero sí para el viejito.
-¿El viejito?-, preguntó el juez.
-Sí -continuó la señora-, está muy enfermo, está adentro en la casa, ya no se puede ni levantar, tiene muchos dolores, me toca hacerle todo porque el pobre no puede ni moverse.
-¿Y qué tiene su esposo?- replicó el juez, sorprendido.
-No es mi esposo -respondió la anciana-, es un viejito que encontré desamparado y ¿cómo lo iba a dejar solito? Por eso desde hace como dos años que lo estoy cuidando.
Nadie es tan pobre que no pueda dar, nadie es tan rico que no necesite recibir.


EL TAZON DE MADERA.



EL TAZÓN DE MADERA
Los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".
Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: "¿Qué estás haciendo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos."
Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.
Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.
Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas.
Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos constructores sabios y modelos a seguir.
He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo. "La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca cómo los hiciste sentir." "Debes ser el cambio que quieres ver en el mundo..."

viernes, 13 de noviembre de 2015

LA CAJA LLENA DE BESOS....


LA CAJA LLENA DE BESOS..
Hace ya un tiempo, un hombre castigó a su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado. El dinero era escaso en esos días por lo que exploto en furia, cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad, mas sin embargo la niña le llevo el regalo a su padre la siguiente mañana y dijo:
- Esto es para ti, Papa
El se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero este volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía. Le volvió a gritar diciendo:
- ¡¡¡Qué no sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro!!!
La pequeñita volteó hacia arriba con lagrimas en los ojos y dijo:
- Oh, Papi, no esta vacía, yo soplé besos adentro de la caja. Todos para ti, Papi.
El Padre se sintió morir; puso sus brazos alrededor de su niña y le suplico que lo perdonara.
Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado, él tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí. En una forma muy sensible, cada uno de nosotros los humanos, hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos, 
o de nuestra familia y seres queridos.
Nadie podría tener una propiedad o posesión más hermosa que esta

UN HOMBRE, UN CABALLO Y SU PERRO


UN HOMBRE, UN CABALLO Y SU PERRO 
iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición).
La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un magnifico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.
El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
- Buenos días. – Buenos días – Respondió el guardián. – ¿Cómo se llama este lugar tan bonito? – Esto es el Cielo. – ¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos! – Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera.
Y el guardián señaló la fuente.
- Pero mi caballo y mi perro también tienen sed… – Lo siento mucho – Dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
- Buenos días – dijo el caminante. – El hombre respondió con un gesto de la cabeza. – Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo – Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el hombre, indicando el lugar. Podéis beber toda el agua como queráis. – El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.
El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
- Podéis volver siempre que queráis – Le respondió éste. – A propósito ¿Cómo se llama este lugar?- preguntó el hombre. – EL CIELO. – ¿El Cielo? – ¿Sí? – Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!. – Aquello no era el Cielo. Era el Infierno – contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo. – ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! – advirtió el hombre.
- ¡De ninguna manera!-increpó el hombre – En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar sus mejores amigos.
PAULO COELHO

LA CARICIA DE UNA FLOR


LA CARICIA DE UNA FLOR
Cuentan que había una vez un rey muy apuesto que 
estaba buscando espossa...
Por su palacio pasaron todas las mujeres mas hermosas del reino y de otros mas lejanos; muchas le ofrecían además de su belleza y encantos muchas riquezas, pero ninguna lo satisfacía tanto como para convertirse en su reina.
Cierto día llego una mendiga al palacio de este rey y con mucha lucha consiguió una audiencia.
“No tengo nada material que ofrecerte; solo puedo darte el gran amor que siento por ti” le dijo al rey: “si me permites puedo hacer algo para demostrarte ese amor”.
Esto despertó la curiosidad del rey, quien le pidió que dijera que seria eso que podía hacer.
“Pasare 100 dias en tu balcón, sin comer ni beber nada, expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche. Si puedo soportar estos 100 dias, entonces me convertirás en tu esposa”.
El rey, sorprendido mas que conmovido, acepto el reto. Le dijo: “Acepto. Si una mujer puede hacer todo esto por mi, es digna de ser mi esposa.
Dicho esto la mujer empezó su sacrificio.
Empezaron a pasar los dias y la mujer valientemente soportaba las peores
tempestades... Muchas veces sentía que desfallecía del hambre y el frío, pero la alentaba imaginarse finalmente al lado de su gran amor.
De vez en cuando el rey asomaba la cara desde la comodidad de su habitación para verla y le hacia señas de aliento con el pulgar.
Así fue pasando el tiempo... 20 dias... 50... la gente del reino estaba feliz, pues pensaban “por fin tendremos reina!!”… 90 dias... y el rey continuaba asomando su cabeza de vez en cuando para ver los progresos de la mujer. “Esta mujer es increíble” pensaba para si mismo y volvía a darle alientos con señas.
Al fin llego el día 99 y todo el pueblo empezó a reunirse en las afueras del palacio para ver el momento en que aquella mendiga se convertiría en esposa del rey. Fueron contando las horas... a las 12 de la noche de ese día tendrían reina!!..
La pobre mujer estaba muy desmejorada; había enflaquecido mucho y contraído enfermedades. Entonces sucedió. A las 11:00 del día 100, la valiente mujer se rindió... Y decidió retirarse de aquel palacio. Dio una triste mirada al sorprendido rey y sin decir ni media palabra se marchó.
La gente estaba conmocionada!! Nadie podía entender porque aquella valiente mujer se había rendido faltando tan solo 1 hora para ver sus sueños convertirse en realidad!! Había soportado tanto!!
Al llegar a su casa, su padre se había enterado ya de lo sucedido. Le pregunto: “porque te rendiste a tan solo instantes de ser la reina?
Y ante su asombro ella respondió:
“Estuve 99 dias y 23 horas en su balcón, soportando todo tipo de calamidades y no fue capaz de liberarme de ese sacrificio. Me veía padecer y solo me alentaba a continuar, sin mostrar siquiera un poco de piedad ante mi sufrimiento. Esperé todo este tiempo un atisbo de bondad y consideración que nunca llegaron.
Entonces entendí: una persona tan egoísta, desconsiderada y ciega, que solo piensa en si misma, no merece mi amor.
MORALEJA: Cuando ames a alguien y sientas que para mantener a esa persona a tu lado tienes que sufrir, sacrificar tu esencia y hasta rogar, aunque te duela, retírate.
Y no tanto porque las cosas se tornen difíciles, sino porque quien no te haga sentir valorado, quien no sea capaz de dar lo mismo que tú, quien no pueda establecer el mismo compromiso, la misma entrega... Simplemente NO TE MERECE.

REFLEXIÓN


REFLEXIÓN
El marido llegó con su Padre y le dice: Papá, no aguanto más a mi esposa, quiero matarla, pero tengo miedo que me descubran!
Me puedes ayudar?
A lo que su Papá respondió: Claro que sí hijo, pero tendrás que hacer las paces con ella para que nadie desconfié de ti cuando ella muera.
Debes cuidar de ella muy bien, ser gentil, agradecido, paciente, cariñoso, menos egoísta, retribuir siempre, escuchar más..
Ves este frasco aquí? todos los días colocaras un poco de este polvo en su comida. Así de a pocos ella ira muriendo.
Pasados 30 días el hijo volvió y le dijo a su Padre:
No quiero más que muera!
Pase a amarla... y ahora? como hago para cortar el efecto del veneno?
El Padre entonces le respondió:
No te preocupes! Lo que yo te di fue polvo de arroz.
Ella no va a morir, pues el veneno estaba en ti!
Cuando alimentamos rencores, morimos de a pocos.
Es necesario que podamos hacer las paces con nosotros mismos y con quienes nos han ofendido.
Que podamos tratar a los otros como nos gustaría ser tratados.
Que podamos tener la iniciativa de amar, de dar, de entregarnos, de servir.. Y no sólo de querer ganar, de ser servidos, de sacar ventaja de explotar al otro.
Que el amor de Dios nos alcance todos los días, pues no sabemos si tendremos tiempo para purificarnos con ese valioso antídoto llamado perdón.

EL ÚLTIMO BESO



EL ÚLTIMO BESO (Un poco triste).
Como todas las mañanas desde hace ya 6 años, me despertó mi madre, esta mañana me levantó para ir a la escuela, había pasado mala noche, con pesadillas sobre monstruos, y me costaba trabajo levantarme a los diez minutos mi madre volvió a despertarme, esta vez con más premura, se estaba haciendo tarde, me levanté rápidamente, apenas si me lavé la cara, me zampé el desayuno en un abrir y cerrar de ojos, y ahí estaba mi mamá diciéndome:… “come más despacio, que te vas a ahogar”.
Con las prisas del momento le contesté de mal modo: sí, ya lo sé, no empieces a regañarme, (AUN TUVE QUE SOPORTAR LAS PREGUNTAS DE RIGOR)
¿LLEVAS EL ALMUERZO? ¿TE CEPILLASTE LOS DIENTES? ¿TIENES LISTOS LOS LIBROS?
Y yo aún más impaciente le contestaba levantando la voz:
- ¡Que te dije que sí!
Ella sonrió suavemente y me dijo:
- Anda, dale un beso a mamá y ve con cuidado a la escuela.
Alcé los hombros con fastidio y le dije medio enfadado:
- ¡Mamá! que ya es tarde no tengo tiempo para eso.
- ESTÁ BIEN HIJO, VE DE PRISA, QUE DIOS TE PROTEJA.
Aún retumban mis propias palabras en mi oído: “no tengo tiempo para eso…”, con las prisas y el enfado me pasó por alto un leve destello de tristeza en su mirada, mientras iba corriendo hacia la escuela, estuve a punto de regresarme y darle un beso a mi mamá, sentía un nudo en el corazón, pero mis compañeros comenzaron a llamarme y fui hacia ellos
¿CON QUE EXCUSA REGRESARÍA?
¿QUE IBA A DARLE UN BESO A MI MAMÁ? SE HUBIESEN REIDO DE MI.
De todas formas al regresar a casa después de las clases, vería a mi mama en la puerta de mi casa esperándome como siempre, temerosa de que me suceda algo, impaciente si tardo unos minutos, ya que me he entretenido con mis amigos. El día se me pasó volando en la escuela, entre clase y clase, juegos y almuerzo, y se me había olvidado el incidente de la mañana, sin embargo esta vez, apenas sonó el timbre salí corriendo a mi casa sin entretenerme, desde la esquina esperaba divisar la figura de mi madre en la puerta, pero no había nadie esta vez. Supuse que estaría adentro entretenida con algo, pero extrañé de momento su presencia tan segura.
Antes de tocar el timbre, salió a la puerta mi padre – ¿Pero era mi padre? Aquel hombre era mucho mayor de lo que siempre me había parecido, los hombros caídos, los ojos hinchados y un profundo halo de tristeza lo rodeaba…
Mi corazón empezó a latir alocadamente presintiendo algo, apenas me salió la voz para decir… ¿qué pasa?
- Papá ¿Mamá está bien?
Y en un suspiro me contestó:
- “Tu Mamá sufrió un ataque al corazón esta mañana, su muerte fue instantánea, nadie se enteró, hasta que vinieron a visitarla y la encontraron ahí tendida en el pasillo, fue muy rápido, hijo, se fue nuestro ángel…”
UN SOLLOZO SALIÓ DE SU GARGANTA Y NO PUDO SEGUIR HABLANDO. ¿Mi mamá? ¡¡¡Mmmmmmmmaaaammmmaaaaaaaaaaá!!! Dios perdóname, dile que me perdone, aún soy un niño pretendiendo ser un hombre, dile por favor que ella es lo que más quiero en esta vida, y que prometo valorar a las personas que comparten conmigo mi existencia, no malhumorarme con ellas sin ningún motivo, y que les daré mil besos, día a día, por todos los que no pude darle a ella. Cuídala por mí, mi Dios, que cuando me toque la hora de partir de este mundo venga a mi pecho y me arrope como siempre lo hizo……………..
¿Saben? Disfruten a sus madres todos los días de su existencia…
… valoremos cada momento a nuestros seres queridos… … y querámoslos mucho ahora en vida, no sea que mañana nos arrepintamos de todo el daño que quizá le causamos sin querer…
“LAS MADRES SON IRREMPLAZABLES”
es una gran verdad nadie absolutamente nadie es como mamá…. a veces olvidamos que no tenemos la vida comprada, quiere y no te canses de decírselo, de darle un beso a esas personas que te importan y amas tanto pues. quizás mañana ya no estén a tu lado.
Reflexionen a tiempo. Ojala puedan a tiempo darse cuenta de lo importante que es una madre y no la hagan sufrir porque ella es todo y lo mejor que tenemos en este mundo.

LA IMAGINACIÓN


LA IMAGINACIÓN
Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.
En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso desde el primer momento se procuró un chivo expiatorio para encubrir al culpable.
EL hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas oportunidades de escapar al terrible veredicto… ¡la horca!
El juez, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:
- “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente, tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino.”
Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda ‘CULPABLE’, y la pobre víctima aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.
Éste respiro profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos, y con una extraña sonrisa hizo su elección, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca… se lo tragó rápidamente. Sorprendidos e indignados los presentes reprocharon airadamente:
- “¿Pero qué hizo?, ¿y ahora?, ¿cómo vamos a saber el veredicto?”
- “Es muy sencillo”- respondió el hombre. “Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que yo elegí”.
Con rezongos y enojo mal disimulado debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Moraleja; Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación.
“En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”

DIAS GRISES

DIAS GRISES.
Los hay, desde luego. ¡Y muy frecuentes!
Hay días en los que brilla el sol, la vida sigue como siempre: las cosas no han cambiado, nada urgente nos falta en apariencia y sin embargo... Nos sentimos mal, como incompletos, como... insuficientes, como desalentados y extraños.
Ese día en que abres los ojos y no sabes por qué, traes un desánimo que te nació en el sueño, que te brotó en lo alto de la noche y se filtró a tu alma gracias a quién sabe que asociaciones oscuras y angustiosas.
Ese día en que te cuesta trabajo levantarte. ¡Ayer estaba todo bien! Ese día en que presientes que nada va a ir como tú lo deseaste, ese día que no tiene color, cuyas primeras horas son de laxitud, recelo o ligera zozobra.
Ese día, es un día que nació gris.
Nunca se puede evitar esto. La química de nuestro cuerpo, la inercia de nuestra psique, la reacción desconocida de factores internos a estímulos que no descubrimos todavía, nos quieren pintar este día de gris. Gris opaco. Gris depresivo. Gris pasivo. Gris marginal.
Pero...
Lo que sí puedes hacer, cuanto antes, es tomar tú mismo, tú misma, la decisión de activar tus propios pinceles y aprovechar ese gris neutro para inundarlo de figuras diversas: ¡Flechas verdes, curvas doradas, zig-zags blancos, puntos azules!
Puedes convertir en unos cuantos segundos o minutos ese panorama triste en un deseo realizable, un canto que te estimule, un silencio que te hable.
No hay días grises... ¡todos son iguales!
Quien les da color eres tú.
Quien es capaz de alegrarse con la lluvia o admirar la tempestad, eres tú. Quien se echa a llorar bajo un sol espléndido o un cielo maravilloso, eres tú. Porque no son los días los que te dan color. Eres tú quien puede pintar como desees, cada día.
Si sientes que comienza todo gris...
¡Decídete y llénalo de color!
Cierra los ojos. Respira hondo, piensa claro...
¡Y vive como nunca el día de hoy!
¡Los mejores colores de la vida están siempre dentro de ti mismo!
Abrir los ojos a otro día, es un regalo que no siempre vas a tener.
Los hay, desde luego. ¡Y muy frecuentes!
Hay días en los que brilla el sol, la vida sigue como siempre: las cosas no han cambiado, nada urgente nos falta en apariencia y sin embargo... Nos sentimos mal, como incompletos, como... insuficientes, como desalentados y extraños.
Ese día en que abres los ojos y no sabes por qué, traes un desánimo que te nació en el sueño, que te brotó en lo alto de la noche y se filtró a tu alma gracias a quién sabe que asociaciones oscuras y angustiosas.
Ese día en que te cuesta trabajo levantarte. ¡Ayer estaba todo bien! Ese día en que presientes que nada va a ir como tú lo deseaste, ese día que no tiene color, cuyas primeras horas son de laxitud, recelo o ligera zozobra.
Ese día, es un día que nació gris.
Nunca se puede evitar esto. La química de nuestro cuerpo, la inercia de nuestra psique, la reacción desconocida de factores internos a estímulos que no descubrimos todavía, nos quieren pintar este día de gris. Gris opaco. Gris depresivo. Gris pasivo. Gris marginal.
Pero...
Lo que sí puedes hacer, cuanto antes, es tomar tú mismo, tú misma, la decisión de activar tus propios pinceles y aprovechar ese gris neutro para inundarlo de figuras diversas: ¡Flechas verdes, curvas doradas, zig-zags blancos, puntos azules!
Puedes convertir en unos cuantos segundos o minutos ese panorama triste en un deseo realizable, un canto que te estimule, un silencio que te hable.
No hay días grises... ¡todos son iguales!
Quien les da color eres tú.
Quien es capaz de alegrarse con la lluvia o admirar la tempestad, eres tú. Quien se echa a llorar bajo un sol espléndido o un cielo maravilloso, eres tú. Porque no son los días los que te dan color. Eres tú quien puede pintar como desees, cada día.
Si sientes que comienza todo gris...
¡Decídete y llénalo de color!
Cierra los ojos. Respira hondo, piensa claro...
¡Y vive como nunca el día de hoy!
¡Los mejores colores de la vida están siempre dentro de ti mismo!
Abrir los ojos a otro día, es un regalo que no siempre vas a tener.

LA MAESTRA


LA MAESTRA
Su nombre era Mrs. Thompson. Mientras estuvo al frente de su clase de 5º grado, el primer día de clase lo iniciaba diciendo a los niños una mentira .Como la mayor parte de los profesores, ella miraba a sus alumnos les decía que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un niño llamado: Teddy Stoddard.
Mrs. Thompson había observado a Teddy desde el año anterior y había notado que él no jugaba muy bien con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y constantemente necesitaba darse un buen baño.Teddy comenzaba a ser un tanto desagradable. Llegó el momento en que Mrs. Thompson disfrutaba al marcar los trabajos de Teddy con un plumón rojo haciendo una gran X y colocando un cero muy llamativo en la parte superior de sus tareas.
En la escuela donde Mrs. Thompson enseñaba, le era requerido revisar el historial de cada niño, ella dejó el expediente de Teddy para el final. Cuando ella revisó su expediente, se llevó una gran sorpresa. La Profesora de primer grado escribió: “Teddy es un niño muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy buenos modales… es un placer tenerlo cerca”.
Su profesora de segundo grado escribió: “Teddy es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se nota preocupado porque su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en su casa debe ser muy difícil”. La profesora de tercer grado escribió: “Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él. El trata de hacer su mejor esfuerzo, pero su padre no muestra mucho interés y el ambiente en su casa le afectará pronto si no se toman ciertas medidas”.
Su profesora de cuarto grado escribió: “Teddy se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase”.Ahora Mrs. Thompson se había dado cuenta del problema y estaba apenada con ella misma. Ella comenzó a sentirse peor cuando sus alumnos les llevaron sus regalos de Navidad, envueltos con preciosos moños y papel brillante, excepto Teddy. Su regalo estaba mal envuelto con un papel amarillento que él había tomado de una bolsa de papel.
A Mrs. Thompson le dio pánico abrir ese regalo en medio de los otros presentes. Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró un viejo brazalete y un frasco de perfume con solo un cuarto de su contenido. Ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era el brazalete mientras se lo probaba y se colocaba un poco del perfume en su muñeca. Teddy Stoddard se quedó ese día al final de la clase el tiempo suficiente para decir:
“Mrs. Thompson, el día de hoy usted huele como solía oler mi mamá”. Después de que el niño se fue ella lloró por lo menos una hora..Desde ese día, ella dejó de enseñarles a los niños aritmética, a leer y a escribir. En lugar de eso, comenzó a educar a los niños. Mrs. Thompson puso atención especial en Teddy.
Conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro comenzó a revivir. Mientras más lo apoyaba, él respondía más rápido. Para el final del ciclo escolar, Teddy se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase y a pesar de su mentira de que quería a todos sus alumnos por igual, Teddy se convirtió en uno de los consentidos de la maestra.
Un año después, ella encontró una nota debajo de su puerta, era de Teddy, diciéndole que ella había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida. Seis años después por las mismas fechas, recibió otra nota de Teddy, ahora escribía diciéndole que había terminado la preparatoria siendo el tercero de su clase y ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida.
Cuatro años después, recibió otra carta que decía que a pesar de que en ocasiones las cosas fueron muy duras, se mantuvo en la escuela y pronto se graduaría con los más altos honores. Él le reiteró a Mrs. Thompson que seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida y su favorita.
Cuatro años después recibió otra carta. En esta ocasión le explicaba que después de que concluyó su carrera, decidió viajar un poco. La carta le explicaba que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita, pero ahora su nombre se había alargado un poco, la carta estaba firmada por Theodore F. Stoddard, MD.La historia no termina aquí, existe una carta más que leer, Teddy ahora decía que había conocido a una chica con la cual iba a casarse.
Explicaba que su padre había muerto hacía un par de años y le preguntaba a Mrs. Thompson si le gustaría ocupar en su boda el lugar que usualmente es reservado para la madre del novio, por supuesto Mrs. Thompson acepto y adivinen…Ella llega usando el viejo brazalete y se aseguró de usar el perfume que Teddy recordaba que usó su madre la última Navidad que pasaron juntos. Se dieron un gran abrazo y el Dr. Stoddard le susurró al oído, “Gracias Mrs.Thompson por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo puedo hacer la diferencia”.
Mrs. Thompson con lágrimas en los ojos, tomó aire y dijo, “Teddy, te equivocas, tú fuiste el que me enseñó a mí que yo puedo hacer la diferencia.”No sabía cómo educar hasta que te conocí”.
Su nombre era Mrs. Thompson. Mientras estuvo al frente de su clase de 5º grado, el primer día de clase lo iniciaba diciendo a los niños una mentira .Como la mayor parte de los profesores, ella miraba a sus alumnos les decía que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un niño llamado: Teddy Stoddard.
Mrs. Thompson había observado a Teddy desde el año anterior y había notado que él no jugaba muy bien con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y constantemente necesitaba darse un buen baño.Teddy comenzaba a ser un tanto desagradable. Llegó el momento en que Mrs. Thompson disfrutaba al marcar los trabajos de Teddy con un plumón rojo haciendo una gran X y colocando un cero muy llamativo en la parte superior de sus tareas.
En la escuela donde Mrs. Thompson enseñaba, le era requerido revisar el historial de cada niño, ella dejó el expediente de Teddy para el final. Cuando ella revisó su expediente, se llevó una gran sorpresa. La Profesora de primer grado escribió: “Teddy es un niño muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy buenos modales… es un placer tenerlo cerca”.
Su profesora de segundo grado escribió: “Teddy es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se nota preocupado porque su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en su casa debe ser muy difícil”. La profesora de tercer grado escribió: “Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él. El trata de hacer su mejor esfuerzo, pero su padre no muestra mucho interés y el ambiente en su casa le afectará pronto si no se toman ciertas medidas”.
Su profesora de cuarto grado escribió: “Teddy se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase”.Ahora Mrs. Thompson se había dado cuenta del problema y estaba apenada con ella misma. Ella comenzó a sentirse peor cuando sus alumnos les llevaron sus regalos de Navidad, envueltos con preciosos moños y papel brillante, excepto Teddy. Su regalo estaba mal envuelto con un papel amarillento que él había tomado de una bolsa de papel.
A Mrs. Thompson le dio pánico abrir ese regalo en medio de los otros presentes. Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró un viejo brazalete y un frasco de perfume con solo un cuarto de su contenido. Ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era el brazalete mientras se lo probaba y se colocaba un poco del perfume en su muñeca. Teddy Stoddard se quedó ese día al final de la clase el tiempo suficiente para decir:
“Mrs. Thompson, el día de hoy usted huele como solía oler mi mamá”. Después de que el niño se fue ella lloró por lo menos una hora..Desde ese día, ella dejó de enseñarles a los niños aritmética, a leer y a escribir. En lugar de eso, comenzó a educar a los niños. Mrs. Thompson puso atención especial en Teddy.
Conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro comenzó a revivir. Mientras más lo apoyaba, él respondía más rápido. Para el final del ciclo escolar, Teddy se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase y a pesar de su mentira de que quería a todos sus alumnos por igual, Teddy se convirtió en uno de los consentidos de la maestra.
Un año después, ella encontró una nota debajo de su puerta, era de Teddy, diciéndole que ella había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida. Seis años después por las mismas fechas, recibió otra nota de Teddy, ahora escribía diciéndole que había terminado la preparatoria siendo el tercero de su clase y ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida.
Cuatro años después, recibió otra carta que decía que a pesar de que en ocasiones las cosas fueron muy duras, se mantuvo en la escuela y pronto se graduaría con los más altos honores. Él le reiteró a Mrs. Thompson que seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida y su favorita.
Cuatro años después recibió otra carta. En esta ocasión le explicaba que después de que concluyó su carrera, decidió viajar un poco. La carta le explicaba que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita, pero ahora su nombre se había alargado un poco, la carta estaba firmada por Theodore F. Stoddard, MD.La historia no termina aquí, existe una carta más que leer, Teddy ahora decía que había conocido a una chica con la cual iba a casarse.
Explicaba que su padre había muerto hacía un par de años y le preguntaba a Mrs. Thompson si le gustaría ocupar en su boda el lugar que usualmente es reservado para la madre del novio, por supuesto Mrs. Thompson acepto y adivinen…Ella llega usando el viejo brazalete y se aseguró de usar el perfume que Teddy recordaba que usó su madre la última Navidad que pasaron juntos. Se dieron un gran abrazo y el Dr. Stoddard le susurró al oído, “Gracias Mrs.Thompson por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo puedo hacer la diferencia”.
Mrs. Thompson con lágrimas en los ojos, tomó aire y dijo, “Teddy, te equivocas, tú fuiste el que me enseñó a mí que yo puedo hacer la diferencia.”No sabía cómo educar hasta que te conocí”.